Shh, no digas nada

En La Opulenza, una de las comunidades residenciales más acaudaladas de Gurugram, las amigas Zaira, Saiba y Dolly se convierten en insólitas cómplices de un crimen cuando son testigos del ataque de un hombre misterioso hacia su amiga Ishi.

Convencidas de que Ishi fue asesinada, las desconsoladas amigas se ven perseguidas por el misterio que las acecha: ¿Quién mató a Ishi y quién podría ser la siguiente? La increíblemente hermosa inspectora Geeta Tehlan comienza a investigar el caso, pero su primer encuentro con las tres amigas la lleva a sospechar que le ocultan algo, lo cual es verdad.

Con la ambiciosa y motivada Geeta vigilando y con un chantajista anónimo hostigando a las amigas, cada hora cuenta. Las amigas intentan averiguar en qué podría haber estar metida Ishi. La investigación de Geeta revela contradicciones que la llevan de vuelta a La Opulenza y a los jardines de la fiesta.

Geeta se enfrenta a la posibilidad de que todo el pasado de Ishi haya sido una elaborada mentira e interroga a Meera, quien le revela otro secreto. Si la corazonada de Geeta es correcta, las amigas de Ishi pueden estar también en grave peligro. Sus temores pronto se ven confirmados.

Luego del ataque al esposo de Saiba, las amigas se dan cuenta de que ya no pueden enfrentarse solas a este monstruo. Finalmente, llaman a Geeta para contarle todo. Bueno, no todo. Mientras Geeta sospecha cada vez más que su historia no tiene sentido, se queda atónita al ver la enigmática matriz que las amigas encontraron en el auto de Vinayak.

Con el misterio del refugio y la granja finalmente revelado, las amigas tienen opiniones distintas sobre que Ishi estuviera involucrado en un escándalo tan espantoso. Geeta interroga a Meera en la estación de policía, para saber la verdad sobre la participación de Ishi en el refugio. Meera comienza a contarle su historia y transporta a Geeta a los orígenes del refugio.

Finalmente se revela lo que sucedió la noche de la fatídica fiesta. Geeta les da a Zaira, Saiba y Dolly el cierre que tanto necesitaban. Zaira dedica su show a Ishi mientras reviven sus recuerdos. Pero aunque las amigas no lo saben, el verdadero villano de la historia continúa vivo.