Fundamentos de la civilización occidental II: Historia del mundo occidental moderno

Esta conferencia es una visión general de los últimos 500 años de historia y cultura europeas: el sistema de gobierno, las estructuras económicas, la ciencia y la tecnología, y gran parte de la literatura, el arte y la música.

Examinamos cómo las realidades físicas de Europa y del mundo atlántico -su geografía y su clima- forjaron su destino afectando a las pautas de población, inmigración, diplomacia, guerra y divisiones políticas y culturales.

La "Gran Cadena del Ser" suponía un universo ordenado y jerárquico en el que los seres humanos -como los ángeles, los animales, las plantas e incluso las piedras- eran colocados por Dios en un rango determinado. A medida que Europa sale de la Edad Media, este concepto es cuestionado y puesto a prueba por fuerzas políticas, sociales, religiosas y culturales.

Un renovado interés por las obras literarias e históricas de la Grecia y la Roma clásicas desata nuevas ideas sobre las cualificaciones de un caballero, el papel de la mujer y las expectativas de un príncipe, con el consiguiente énfasis en la precisión textual, la alfabetización, la educación y lo humano y práctico.

El énfasis humanista encaja con el ascenso de un nuevo tipo de gobernante, con poderes en expansión en todos los ámbitos de la vida y que pretendía pagar sus ambiciones reclamando rutas comerciales hacia Extremo Oriente y América.

La exploración y explotación de África y Asia por los portugueses, y de las Américas primero por los españoles y luego por los franceses e ingleses, cambian para siempre las economías, las culturas y la configuración política de estas regiones.

El aumento de la alfabetización y el desarrollo de la imprenta hacen posible la difusión de nuevas y poderosas ideas, en particular las del sacerdote agustino y reformador Martín Lutero.

La Reforma divide a Europa en bandos opuestos, produciendo una serie de baños de sangre que culminan en la Guerra de los Treinta Años, la casi bancarrota de España y la convicción final de que quizá sea mejor resolver pacíficamente los asuntos religiosos.

A partir de Copérnico en el siglo XV, pensadores europeos como Galileo, Kepler, Bacon y Newton cuestionan las antiguas visiones sobre el funcionamiento del mundo y son pioneros del Método Científico.

Tras los desastres de las Guerras de Religión, las monarquías de Europa experimentan una crisis de autoridad. La respuesta francesa -perfeccionada en última instancia por Luis XIV- de un absolutismo que hace del rey un virtual dios en la Tierra se convierte en objeto de envidia e imitación para casi todas las monarquías del continente.

Los monarcas Estuardo de Inglaterra luchan contra el Parlamento y contra sus propias debilidades y extravagancias. Las guerras civiles inglesas culminan con el juicio y ejecución del rey Carlos I en 1649.

Tras la ejecución de Carlos I, Inglaterra experimenta con una república, un protectorado e incluso, una vez más, una monarquía semiabsolutista, antes de que la Revolución Gloriosa establezca un ejemplo de forma de gobierno alternativa, más democrática, para Europa y América.

La Revolución de 1688-89 precipita una serie de guerras generales europeas que enfrentan a franceses, británicos y holandeses por el dominio de Europa y el control del comercio con las colonias de América y Asia.

Basándose en su éxito militar -impulsado por una innovadora financiación del déficit-, Gran Bretaña se convierte en la nación comercial más próspera de Europa, con gran parte de los cimientos de esa prosperidad construidos sobre la miseria de los africanos obligados a participar en el comercio triangular atlántico de azúcar, tabaco y esclavos africanos.

La mayor parte de Europa, y Francia en particular, sale de dos décadas de guerra exhausta financiera y militarmente, pero la paz es temporal. Una nueva ronda de conflictos deja a Gran Bretaña como dueña indiscutible de las costas canadiense y oriental de Norteamérica.

Gracias a las revoluciones comercial y financiera, las órdenes medias de comerciantes y profesionales están creciendo en número, riqueza y conocimiento político, y serán clave en la próxima revolución de las relaciones sociales y económicas europeas.

Pensadores europeos como Voltaire, Diderot, Montesquieu y Rousseau amplían las ideas de Locke y otros en un movimiento que llega a conocerse como la Ilustración. Cuando ni siquiera los monarcas ilustrados consiguen cambiar sus sociedades, algunos europeos empiezan a plantearse una alternativa: la revolución.

La Revolución Americana se convierte en una lucha por las ideas de la Ilustración. La nueva república y su constitución representan el primer intento global de poner en práctica esas ideas y se convierten en modelo e inspiración para los europeos que desean una reforma.

Casi en bancarrota por su participación en la Revolución Americana, e incapaz de lograr reformas con su sistema actual, Francia se convierte en una monarquía constitucional, con la abolición de los privilegios aristocráticos y una Declaración de los Derechos del Hombre. Pero, ¿aceptará Luis XVI su reducido papel?

Cuando el rey, alentado por otros monarcas, rechaza este nuevo papel, la Revolución se torna violenta y desencadena un Reinado del Terror que acaba provocando la guerra con prácticamente todas las monarquías de Europa, un nuevo nacionalismo y el gobierno de Napoleón Bonaparte.

A pesar de una sucesión de brillantes victorias, los esfuerzos de Napoleón por conquistar Gran Bretaña y obligar a las naciones de Europa a integrarse en su sistema se saldan con una derrota final. No obstante, el sentimiento de nacionalismo difundido por Francia cambia el clima político, como lo demuestra el Congreso de Viena, que intenta restaurar la monarquía borbónica.

Aunque son varios los factores que hacen de Europa el lugar lógico para que comience la industrialización, son las ventajas de Gran Bretaña -financieras, políticas y sociales- las que la convierten en el país más adecuado para explotar esas condiciones. El resultado es una serie de brillantes inventores, financieros y gestores que dan lugar a la primera Revolución Industrial.

Las consecuencias de la primera Revolución Industrial contribuyen más a crear el mundo actual que cualquier otro acontecimiento estudiado en este curso. Pero sus innovaciones tienen un lado oscuro que suscita múltiples respuestas por parte de los intelectuales europeos, que examinaremos en las tres próximas conferencias.

Las terribles condiciones de vida y de trabajo de la clase obrera producen una serie de reacciones intelectuales y políticas en Europa Occidental, y las mejores vías de reforma son objeto de un amplio debate entre los pensadores liberales.

Frente a las soluciones tibias o parciales a los problemas de la Revolución Industrial, escritores románticos como Wordsworth, Blake y Shelley instan a la revolución, alterando para siempre la forma en que los europeos y, más tarde, los estadounidenses, perciben el mundo.