Cuando el vicedirector de la escuela acusa a Blake Robbins de vender drogas, su vida da un giro inesperado. La evidencia es una foto de él en su habitación. La familia de Blake demanda al distrito escolar, lo que desata un escándalo mediático y una investigación del FBI, y revela pruebas nuevas y sorprendentes que causan indignación en la pequeña comunidad suburbana.

El distrito escolar de Lower Merion contrata a un prestigioso bufete de abogados para abordar las denuncias de espionaje. El resultado de la investigación que hacen es impactante: las cámaras web de los portátiles de los estudiantes tomaron más de 56 000 fotos, y se grabó a decenas de estudiantes en sus propias casas. El abogado de los Robbins va más allá y descubre revelaciones inquietantes.

Mientras el FBI investiga las acusaciones sobre el espionaje a Blake Robbins, los estudiantes Keron Williams y Jalil Hasan se enteran de que se tomaron fotos de ellos con las cámaras web de sus portátiles. Este hallazgo promueve el análisis de la complicada historia de desigualdad racial en el distrito escolar. Mientras la familia y la comunidad se preparan para el juicio, surgen más obstáculos.

Tras lograr un acuerdo, emergen verdades incómodas sobre quiénes ganaron y quiénes perdieron la demanda. Aunque la comunidad busca seguir adelante, las repercusiones siguen afectando a las víctimas y sus familias. Hoy, el software de vigilancia de la actividad estudiantil es más común que nunca, lo que plantea un interrogante: ¿Queremos proteger a los niños o, por el contrario, perjudicarlos?