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Un viejo amigo de Gonzalo aparece en el bar en un momento crítico de su vida: su novia le ha dejado justo cuando su abuela iba a regalarle un piso. Sergio intenta convencer a Vero para que se haga pasar por su novia y así lograr el piso.

Aparece una atractiva joven ante Gonzalo, que resulta ser la hermana de un antiguo amigo de la mili. Está pasando unos días en la ciudad y Gonzalo se ofrece como guía. Sergio y el frutero sospechan que detrás de esa mujer hay gato encerrado.

Aída se ha aficionado en exceso al alcohol y decide apuntarse a un grupo de ex alcohólicos. Le pide a Sole que le acompañe y se haga pasar por alcohólica. El carácter de Sole hace que se convierta en el centro de atención del grupo de terapia, y esto crispa a Aída.

Gonzalo decide organizar una fiesta de exalumnos del instituto y descubre que todos son unos triunfadores. Gonzalo se siente inferior y ruega a Carlota que se haga pasar por su mujer, pero al final será Diana la que actúe como su pareja.

Sergio está loquito por Miriam, una antigua y despampanante amiga que viene a pasar unos días a Madrid. Y a pesar de que tiene ladillas, intenta darse una alegría con la muchacha.

Carlota descubre que está embarazada. La joven no sabe cómo decirle a Gonzalo que, a pesar de que se separaron precisamente porque él no quería tener hijos.

Sergio se enzarza en un pique con el frutero por la plaza de aparcamiento para minusválido que este ha conseguido. Como Gonzalo ha rehecho su vida, Carlota no le dice que espera un hijo suyo.

Carlota ha hecho una buena inversión en bolsa y está obsesionada con seguir invirtiendo. La única que puede ayudarle es Sole, pero ésta no quiere participar en lo que considera un sucio negocio capitalista.

La hermana de Gonzalo recibe con agrado la visita de su mejor amiga de la facultad. No obstante, no se pone tan contenta cuando descubre que la chica en cuestión es la ex de Sergio, el chico que todavía le trae de cabeza.

Los problemas de convivencia que surgen entre Carlota, Vero y Sergio tienen que ver con la total ausencia de colaboración del chico en las tareas del hogar.

Sole es sorprendida por Carlota cuando estaba a punto de tener una cita con el padre de Diana, aunque ella se empeña en que no.

Diana planea todo tipo de estrategias para conseguir que sus padres se reconcilien. A pesar del difícil panorama, Emilio y Sole continúan con su relación en secreto, sin encontrar el momento adecuado para contarle a Diana la verdad.

Gonzalo se ha enterado de que el hijo que espera Carlota es suyo y decide romper con Aurora. Su alegría es mayúscula cuando descubre que Jesús, ese novio del que tanto habla ella, es imaginario. El frutero y Vero se enfrentan a Sergio y Aida en un concurso de baile, sus ensayos no darán muchos frutos.

Gonzalo y Carlota se han reconciliado y ya viven juntos. Él descubre viejos recuerdos entre sus bártulos, pero Carlota no está dispuesta a guardarlos otra vez. Cuando el hombre se entera, se lleva un gran disgusto. La mujer, para animarle, le da la sorpresa de su vida.

Vero no cabe en sí de gozo. Se ha enterado de que Sergio está realmente interesado por ella y ha decidido ir a por todas con él.

El día de las votaciones electorales, Carlota quiere arrebatarle a Gonzalo su papeleta. En medio de la confusión, Sole se equivoca y es ella la que acaba dando su voto al partido que más odia. Cuando descubre su error, intenta por todos los medios que le dejen cambiar su votación.

Carlota acude a una revisión por su embarazo y descubre que su ginecóloga habitual ha sido sustituida por Roberto, un antiguo novio. Ella se siente tan incómoda que decide irse, dispuesta a no contarle nada de lo ocurrido a Gonzalo.

Aída y el frutero han pasado un fin de semana juntos e intentan disimular, pero los terminan descubriendo. Al parecer, están felices y enamorados. No obstante, ¿se divorciará el frutero de su mujer y formalizará su relación con Aída?

Una crisis existencial amenaza a Sergio. El chico se da cuenta de que su vida carece de sentido. No tiene casa, ni trabajo estable ni una relación amorosa seria.

Diana vuelve a sufrir un desengaño amoroso, esta vez por culpa de Ruth, una nueva actriz en su serie de televisión. Diana se siente ignorada por ella y, cansada de tener relaciones de una sola noche, le insiste para conseguir una cita.

Sergio no sabe si está preparado para el matrimonio y le pide consejo a su amigo Gonzalo. El compañero de Carlota le confiesa que antes de dar el paso se sometió a una serie de pruebas para asegurarse de que la madre de su futuro hijo era el amor de su vida.

A Diana la despidieron después de insultar a su jefe. La actriz no encuentra nada que se amolde a sus altas aspiraciones y no le queda otro remedio que trabajar como presentadora en un programa espantoso en el que se busca a gente que quiera ir al plató a contar todas sus miserias.

Vero y Sergio sufren un atraco. El chico les cuenta a todos que él ha sido el héroe de la película, cuando lo cierto es que fue Vero quien sacó a la pareja del apuro.

Diana se ha enamorado de Mayte, una sexóloga. Cuando se acuestan, Diana tiene la sensación de que Mayte no lo ha disfrutado tanto como ella y empieza a darle vueltas a la cabeza temiendo que ella nunca pueda estar a su altura en la cama.

Sole se siente ajena a todo cuanto le rodea y decide ingresar en una residencia de ancianos. Cuando Carlota, Diana y Aída se enteran, se marchan al geriátrico para intentar convencerla de que ella jamás ha sido una carga para ellos.