Dos Mujeres, Un Camino

Han pasado diez años desde la muerte de Bernardo Montegarza y su familia jura vengarlo en el lecho de muerte de Lucrecia, madre del chico. Johnny teme por su vida y ha vivido escondido con su familia en Tijuana. La venganza ha comenzado.

Tania sueña una vida diferente y quiere estar unos días en Tijuana. Helena su madre lo impide, pero nada detiene a esta chica rebelde que en su afán por escapar casi provoca un accidente. Ese día conocerá al hombre que la hará suspirar de amor.

Si Ismael supiera la verdad sobre la muerte de Bernardo no estaría que se revienta de odio. Su hija Alejandra y Leobardo saben lo que realmente pasó, pero el sagaz capataz solo callará por dinero. Entre tanto, Tania se escapa a Tijuana y de qué manera.

Un soplón le avisó a Ismael sobre el paradero de Johnny. ¿Tendrá que huir de nuevo a Estados Unidos? A las malas Tania llegó a Tijuana, pero su padre ya no está en el hotel en el que se hospedaba. Perdida y sin dinero no sabe qué hacer.

La sed de venganza de los Montegarza no tiene límites. Alejandra con artimañas encuentra la dirección de Johnny y con mentiras le quiere hacer creer a Ana María que está arrepentida, pero la muy malvada viene a perjudicarlos.

Alejandra hace creer a Ismael que se fue a Los Angeles, pero en realidad está más cerca de lo que él cree y en casa de quien menos imagina. Raymundo encuentra la agenda que tanto buscaba para su investigación, pero Tania lo arruina todo. ¿Qué hizo ahora?

Sin saber que está frente a un policía, Ricardo enfrenta a Raymundo cuando intentaba pedirle disculpas a Tania por ser patán. Pero además le da una golpiza a Graciela porque cree que le está poniendo los cuernos.

En Tijuana las cosas andan al revés. Tania sigue de rebelde en la ciudad sin saber qué quiere hacer, Graciela está deshecha porque su madre la obliga a estar con Ricardo y a llevar una vida de apariencias; pero la peor parte es la que le tocará a Johnny.

Tania es tan rebelde que nada la convence para irse de Tijuana, ni siquiera al saber por la policía que sus padres la buscan y ni teniendo dónde dormir. Ella solo piensa en el concierto de Bronco y en hallar a Johnny.

Aquí no se sabe quién es el que más historias inventa. Ricardo cree que Graciela es infiel con Raymundo, Tania le miente a su padre y le dice que está bien en Tijuana, Alejandra finge una enfermedad, y Emiliano cree que Tania es espía de Ismael.

El delirio de persecución que tienen Johnny y Ana María los hace cometer disparates. Los dos terminan metidos en casa de los Montegarza por una equivocación y esto podría desencadenarse en una tragedia. Emiliano tuvo la culpa por bocón. ¿Qué dijo?

El peligro sigue rondando. Ismael quiere acabar de una vez por todas con Johnny, pero nuevamente su plan falla. Raymundo le dice a Tania que debe protegerla porque ella sin querer estuvo en casa de unos narcos que podrían hacerle daño.

El que menos corre vuela, o al menos así piensa Ismael al saber que su hija engañó a Johnny al hacerle creer que está de su lado. Tanto él como Alejandra le mienten a Ricardo y le dicen que no van a vengarse, pero ellos quieren evitar sus imprudencias.

Ricardo quiere sacar del camino a Raymundo y le tiende una trampa dejando dorga en su carro. Ahora buscan a Johnny por sospechoso, mientras que éste se encuentra con su hijo en el hospital, pero otra mala noticia le llegará. ¡De nuevo un Montegarza!

A Graciela se le colmó la paciencia con Ricardo por sus maltratos y cancela su boda. Por esto, Amalia hará tremendo berrinche. Otro que se salió de sus cabales fue Johnny al ver que acabaron con el patrimonio de su familia y hará algo muy peligroso.

Siguen las confusiones. Raymundo insiste en que Johnny es narcotraficante, lo arresta e impide que éste se encuentre con Ismael. Ahora la familia Montegarza creerá que fue una trampa para hacerle daño a Ricardo.

Ricardo como buen niño malcriado decide humillar a Graciela y cuenta a sus amigas que ella es una pobretona que vive de apariencias. Para colmo de males, éstas la fastidiarán en público, pero Tania saldrá en su defensa y ¡a puño limpio!

Ana María y Tania se conocen en la delegación y por poco descubren que están allá por la misma razón. Por fortuna Raymundo y Johnny salen de la cárcel, pues Angel atrapa al malandrín que los metió en problemas.

Decidida a ponerlo en su sitio, Tania busca a Ricardo para convencerlo de no fastidiar a Graciela, pero lo que hace es empeorar las cosas. Mientras tanto, Ana María sorprende a Johnny con una buena noticia que ayudará a recuperar su trailer.

Tania y Graciela siguen en aprietos. La primera huye de dos tipos que la estaban llevando a casa, pero que tenían negras intenciones con ella. La segunda, sufre de nuevo por las humillaciones de Ricardo y ahora la acusa de robo de joyas.

Llega el esperado encuentro de Johnny e Ismael. Explicaciones van y vienen, pero ¡claro! alguien tenía que aparecer para impedir una tragedia. Otros pleitos se arman. Uno en la delegación cuando Graciela va a declarar y otro cuando Tania llega a su casa.

Como perros y gatos. Ricardo y Graciela siguen en la delegación. Pero nada hace que él razone y la sigue presionando para que le pida perdón y se casen. En casa de Tania las cosas andan también mal, porque su madre no le perdona haberse ido a Tijuana.

Tania fue tratada por Helena como si fuera la peor de las mujeres y la puso de patitas en la calle. Pero Graciela tampoco sale de su mala racha y es asaltada ¿sería casualidad?

Es hora de que Tania sepa el secreto que le tienen oculto sus padres y que Johnny le confiese que es casado. Pero como siempre pasa con ella, algo inesperado y delicado le sucede. ¿Sabrá estas novedades?

Johnny no saca de su cabeza a Tania, y ella salta de alegría cuando se entera que Johnny la buscó en casa de Graciela. Pero la dicha se le acaba cuando recuerda que aceptó comprometerse con Uriel, el pretendiente que su madre le mete por los ojos.