Siglo XIX, Edward, un joven doctor, llega a un apartado centro de reclusión para enfermos mentales. Lleva la foto de una joven en su cartera, Eliza. El centro es conocido por aplicar técnicas novedosas y menos agresivas con los pacientes. Una de las pacientes es ella. Edward tiene la sensación de que nada de lo que ocurre en el centro es normal.