Mientras la artista Prune Nourry se pasaba la vida explorando cuestiones del cuerpo humano, entrelazando el arte y la ciencia, le diagnosticaron cáncer de mama a la corta edad de 31 años. La artista convierte su odisea clínica en una épica aventura artística, a la vez que descubre nuevos significados en su trabajo y la curiosa relación con su enfermedad.