Marta y Javi acuden a una clínica de fertilidad. Pero en realidad no parece que tengan ningún problema médico. Y si al final resulta que no son padres… tampoco pasa nada. ¿O sí?

Marta y Javi tratan de recuperar el romanticismo en su relación. Mientras tanto siguen intentando quedarse embarazados. Ambas cosas parecen incompatibles… ¿O no?

Marta y Javi buscan “la casa” a la que irse a vivir juntos. Ambos tienen expectativas y gustos muy diferentes. Deciden que la solución sería dejar de pensar en ellos y buscar la casa perfecta donde pudiesen criar a sus futuros hijos. La solución no funciona, pero la casa aparece.

Marta se ha hecho una mascarilla facial con los aguacates de Javi y Javi ha utilizado los discos de algodón de Marta para limpiar sus sartenes… Así empiezan los pequeños dramas de las parejas. ¿Problemas en el paraíso? ¿O será algo más grave? ¿Y si resulta que no están hechos el uno para el otro?

Marta confiesa a Javi algo que ocurrió con el Doctor Frutos. Javi cree que Marta es una niñata y que no es capaz de mantener una relación convencional de pareja. Para demostrarle que está equivocado, Marta acepta un desafío: vivir una vida lo más rutinaria posible… Durante unos días, claro.

Javi acepta reunirse con el padre que le abandonó a él y a su hermano cuando eran pequeños. Javi se ha prometido no acabar como él. Mientras, Marta se siente culpable por haber mentido a Javi y no sabe cómo arreglarlo. Pero Javi finalmente descubre el engaño y tienen una gran crisis.

Marta y Javi viven su particular guerra y deciden dividirse la casa en dos partes. Viendo que la convivencia así es imposible, acaban por apostarse quién se la queda. Ganará aquel que sepa más del otro.

Marta y Javi vuelven a salir en fechas separadas pero ninguna de ellas tiene mucho éxito. Marta decide hacer un ritual simbólico para poder olvidar a Javi. No obstante, llega a la conclusión de que deben darse otra oportunidad el uno al otro. En tanto, Javi ha tenido un momento íntimo con Claudia, la nueva jardinera y la hermana de su mejor amigo David.

Marta conoce a un atractivo escultor mexicano que fue invitado a la Feria Internacional de Arte. Ahí, ella choca con Javi. Ha decidido tener una cita seria con Claudia para llevar su relación un paso más allá. Un malentendido lo descompone todo y Javi se ofrece a casarse con Claudia para estabilizar su condición de inmigrante.

Un accidente doméstico que pone en peligro la vida de Javi les ayuda a hacer las paños. Al menos hasta que Marta se entere que Javi se va a casar con Claudia. Podría ser un matrimonio de conveniencia pero no está claro a quién le parece más conveniente.

Javi y Claudia se preparan para la visita de un funcionario del gobierno para asegurarse de que no se entere de su “matrimonio de conveniencia”. Marta descubre que está embarazada (aunque no sabemos quién es el padre) y decide ir a México a dar a luz allí a su hijo. Antes de irse, tiene una conversación pendiente con Javi.

Javi va a casarse con Claudia en un matrimonio de conveniencia y Marta, embarazada, se marcha a México a empezar de cero. Y sin embargo, ninguno de sus amigos cree que su historia de amor vaya a acabar así… “¡¡Qué clase de comedia romántica es esta!!”