Egipto, 1300 A.C. El Faraón Ramsés II ordenó la muerte de todos los recién nacidos varones de raza judía. Pero uno de ellos sobrevivió y fue recogido de las aguas del Nilo por una princesa egipcia, que lo llamó Moisés, salvado de las aguas. Cuando creció, Moisés abandonó el palacio y se convirtió en emisario de Dios. Su misión fue la de guiar al pueblo de Israel a la Tierra Prometida.