El mundo es un lugar maravilloso y vale la pena conocerlo. Y más si se puede hacer kilómetro a kilómetro. Un viaje con tu propia moto supone una gran aventura. Todos los días surgen una serie de problemas que hay que superar para seguir avanzando. Y de eso se trata. Lo que el verdadero aventurero persigue es demostrarse que puede afrontar los problemas y resolverlos por sí mismo.