Devin Burke era la jugadora estrella en el equipo de fútbol en su antiguo hogar, hasta que su familia se mudó a California. Ahora Devin debe afrontar el desafío de sacar a su nuevo equipo de una mala racha y convertirse en la líder que revierta la situación. Basada en los libros de la medallista olímpica de oro, Alex Morgan, y adaptada por David Babcock (Hermanos y Hermanas, Chicas Gilmore).

Devin intenta entrar al equipo de un club de alto nivel y se entusiasma por los comentarios positivos de la entrenadora. Sus padres no la dejarán jugar para ambos equipos, así que Devin deja a las Kicks para quedarse en el equipo del mejor club. Cuando no logra clasificar para el club, Devin debe volver a congraciarse con las Kicks, después de haber herido sus sentimientos.

Cuando las Kicks descubren que su entrenadora no puede seguirlas entrenando debido a una emergencia familiar, salen en busca de una nueva entrenadora. Si no encuentran una a tiempo, no podrán practicar y quedarán descalificadas en su primer juego. Tras descubrir a un buen candidato, el conserje a cargo de Kentville, las Kicks deben convencerlo de aceptar el puesto.

El entrenador Rivas ha dejado claro que Zoe es el eslabón débil del equipo, y Devin decide ayudarla a ser mejor portera. Mirabelle, por su parte, recluta a una nueva portera que conoció en la sala de castigo, y que es mucho mejor que Zoe. La situación se vuelve crítica cuando, en una pijamada obligada, Devin es forzada a ser una líder de verdad y tomar la mejor decisión para Zoe y el equipo.

El campo de las Kicks está en muy malas condiciones y al entrenador Rivas le preocupa la seguridad de sus jugadoras. Tras una recaudación de fondos fallida, el entrenador Rivas desafía a los chicos a decidir quién tendrá acceso total al hermoso campo que los chicos usan jugando un partido amistoso. Con un buen campo en juego, las chicas se entrenan duro para enfrentar a los chicos.

Devin atraviesa una crisis personal cuando se le pierde su amuleto, su cinta para el pelo, y empieza a jugar terrible. Ella le atribuye toda su mala suerte a la pérdida de su cinta para el pelo, y sus compañeras de equipo deben encontrar una manera de calmar sus nervios antes de que las Kicks pierdan demasiados juegos.

Los uniformes de las Kicks están demasiado deteriorados, así que el entrenador Rivas planea un viaje a un torneo fuera de la ciudad en el que podrían ganar nuevas camisetas para el equipo. Las complicaciones surgen cuando Devin y Mirabelle no cumplen con el toque de queda y no regresan a su cuarto de hotel a tiempo.

Devin es castigada en casa y en la escuela por no respetar el toque de queda. Mamá y papá le quitan el celular, la computadora y la televisión, por lo que Bailey debe ocuparse de recibir y transmitirle todos los mensajes a Devin. El castigo de Mirabelle es un cambio de escuela. Las Kicks tienen que luchar para asegurarse de no perder a su compañera de equipo para siempre.

Perturbadas por la noticia de perder a su entrenador ante su escuela rival, la Academia de Pinewood, las Kicks inician una guerra de bromas. Las bromas se encrudecen forzando al entrenador Rivas a intervenir y lidiar con el enojo de las Kicks. En el banquete de fin de año, las chicas hacen las paces con el entrenador Rivas. A cambio, él les da un emotivo discurso y un regalo sorpresa.

Devin tiene el tobillo muy lastimado, pero cree que si no se lo dice al equipo y al entrenador Rivas, la dejarán jugar en el juego más importante del año contra la Academia de Pinewood. Con el fin de proteger a Devin, el equipo le dice al entrenador Rivas sobre la lesión, quien decide poner en la banca a Devin para el juego.