La Primera Edad fue una época repleta de conflictos en la historia de la Tierra Media, durante la cual sus pueblos soportaron siglos de guerra. Al final de la edad, lograron derrocar al Gran Enemigo, Morgoth, pero la Tierra Media había cambiado para siempre, pues buena parte de sus tierras quedaron anegadas y destruidas.

Donde acaba la Tierra Media, sus orillas occidentales dan paso a los Mares Divisorios. Lejos, al otro lado de sus aguas, se hallan las Tierras Imperecederas, también conocidas como Valinor, el lejano Occidente, último hogar de los altos elfos, donde viven su existencia inmortal en paz y dicha junto a los Valar, los divinos guardianes del mundo.

Los Dos Árboles de Valinor, Telperion y Laurelin, iluminan con su luz las Tierras Imperecederas en la Primera Edad. Morgoth destruyó los árboles y huyó a la Tierra Media con los Silmarils, joyas que contienen la luz de los árboles.

El Gran Enemigo de todo lo bueno que hay en la Tierra Media. Morgoth es el primer poder oscuro en asolar el mundo en la Primera Edad, causando devastación y creando numerosas criaturas retorcidas y monstruosas. A pesar de que acaba cayendo derrotado, la influencia de su mal continúa durante la Segunda Edad y más allá.

Sauron, uno de los principales lugartenientes de Morgoth, fue responsable del inmenso sufrimiento y la muerte que causaron las guerras de la Primera Edad. Después de la derrota de su amo, Sauron desapareció. Se desconoce cuál será su suerte, pero hay quienes creen que regresará, e incluso quienes lo ansían.

Los angélicos y poderosos guardianes del mundo, seres divinos que vigilan la Tierra Media y Valinor. Al final de la Primera Edad, honraron a los hombres que lucharon junto a los elfos contra Morgoth con un regalo divino: el reino insular de Númenor.

Los Silmarils son tres joyas creadas en la Primera Edad por el mejor de los artesanos élficos, Fëanor. Obras de una belleza sin igual contienen la radiante luz de los Dos Árboles de Valinor. Sin embargo, fueron robados por Morgoth, que los codiciaba por su belleza. Tras su derrota, dos de los Silmarils se perdieron, mientras que el tercero halló su lugar en el cielo como una estrella.

Enigmático personaje de origen desconocido que no logra recordar quién es. Maneja poderes misteriosos que pueden ser peligrosos para quienes lo rodean.

Adar es el nombre con el que llaman a su líder los orcos de la Segunda Edad. También es una palabra élfica que significa "padre", aunque los forasteros desconocen por qué los orcos lo llaman así, como también ignoran el origen y las motivaciones de este enigmático personaje.

Resonar es el proceso sagrado mediante el que las mujeres enanas le "cantan" a la montaña para saber dónde cavar y dónde no.

Estos tres misteriosos personajes llegan a Rhovanion poco después que el Extraño, en su búsqueda, con fines desconocidos, según se dice.