Los Artistas, primeros trazos

Cata, experta en arte, y Yago, anticuario, atraviesan un mal momento profesional. Ambos unirán fuerzas para tratar de solucionar sus problemas colocando baratijas a precio de oro. Sus tejemanejes abrirán las viejas heridas de Olazábal, un policía que Cata conoce muy bien.

Yago necesita dinero si no quiere perder su casa y su negocio y Cata accede a ayudarle. Su objetivo es una cazafortunas cubana que les sorprenderá con una inesperada propuesta. Mientras, Olazábal descubre la nueva adquisición de Santos: un cuadro que enciende todas sus alarmas.

Cata, Yago y Marta Margarita acuerdan que esta haga de cebo para colocar el cuadro a un millonario que la agasaja en una aplicación de contactos. Mientras, Olazábal aborda a dos implicados en el caso que le marcó años atrás: Juan Pedro y Lela.

Los problemas económicos de Juan Pedro se agravan cuando el director de su banco es sustituido por una agresiva ejecutiva. Cata y Yago aprovecharán la ocasión para tratar de estafarla. Mientras tanto, Olazábal confirma sus sospechas sobre la autoría del cuadro de Santos.

Cata y Yago deciden dar a Padrón su merecido de la manera que mejor saben hacerlo. Por su parte, Juan Pedro tendrá que dar explicaciones a su familia sobre su incidente con las pastillas. Mientras, Olazábal mueve cables para identificar a su principal sospechoso.

Juan Pedro parece haberse ganado el favor de Gabriela, pero puede que eso no sea suficiente. Él y Yago acuerdan trabajar junto con Cata en una operación que termine con todos sus problemas. Pero el rastro de los anteriores golpes puede ser demasiado alargado.

Mientras Juan Pedro intenta que Gabriela le presente a Rubén Guerrero, Cata y Yago intentan obtener de él alguna información sobre la obra que está buscando para la colección del banco. La mexicana, que encadena una ausencia tras otra, es ajena a los serios problemas en los que Vero se está metiendo.

Mientras Juan Pedro trata de acceder a Rubén Guerrero, Cata y Yago deciden ir a Marbella, en busca del único falsificador que puede proporcionarles el cuadro que buscan: el Europeo. Pero Olazábal les sigue cada vez más de cerca.

Cata y Yago necesitan persuadir al Europeo de que les proporcione el cuadro que necesitan, pero no cuentan con que Olazábal al fin ha dado con su pista. Mientras tanto, en Madrid, todo parece desmoronarse.

Cata y Yago tratan de llevar a cabo el plan trazado por el Europeo. Deberán desplazarse a Miami, donde se celebra una de las ferias de arte más importantes del mundo y donde se producirán varios reencuentros.