Debido a un viaje a Madrid, Manuela deja la academia en manos de Luisa. Pero en realidad, todo es una mentira, ya que la joven lo que hace es encerrarse en su casa. La directora no levanta cabeza desde que apartó a Martín de su vida. Mientras tanto, en la academia, Luisa, desbordada de trabajo, llama a la antigua directora, Doña Manuela, para que le ayude en la dirección.