Un padre. Dos hijos. Un juego: ser el primero en alcanzar la calle. Sebastián, el padre, usando el ascensor; los niños, Luna y Luca, por las escaleras. Arranca la carrera: mientras el padre llega al portal en primer lugar, como siempre, los niños esta vez no aparecen. Han desaparecido misteriosamente en el interior del edificio sin dejar rastro.