Más de mil inmigrantes se ahogaron en 2018 en el Mediterráneo, tratando de llegar a Europa. Cuando Frontex redujo las misiones de guardacostas de la UE, las organizaciones benéficas se vieron obligadas a intervenir. Pero este año, los barcos de rescate de las ONG se encuentran incapacitados para operar, acusados de dirigir un "servicio de taxi" para los contrabandistas.