En 1987, Calvin Barr es un habitual en el pub del barrio. A simple vista parece un parroquiano más: nadie sabe que fue el hombre que mató a Adolf Hitler. Sin embargo, su proeza no es un secreto para todos: un día, el FBI y la Policía Montada del Canadá llaman a su puerta porque saben lo que hizo y de qué es capaz. Ahora, quieren que mate al Bigfoot.