Tras pasar las vacaciones solo en Holanda, Diego espera ilusionado el momento del reencuentro familiar. Además, ha decidido apostar por su relación con Celia, pero todos sus planes se van al traste cuando Guille desaparece. El casero de Ana le dice que debe dejar libre el piso, así que cuando lo encuentra, por error, alquila el mismo que Celia.