Para Niemans, el hombre que encontraron emparedado en un monasterio de Lorena no es una víctima cualquiera. Las marcas esotéricas grabadas a su alrededor y el extraño rito de su sacrificio hacen pensar en algo muy distinto. Paralelamente en la zona se van multiplicando los asesinatos, unos misteriosos monjes dotados de una fuerza sobrenatural eliminan a desconocidos sin dejar rastro.