Face to Face

Sus estilos eran diametralmente opuestos. Sus clientelas eran idénticas. De esta paradoja nació la rivalidad más amarga en la historia de la alta moda. Un duelo que dio lugar a las innovaciones más importantes de la sierra de alta costura.

Los dos nombres más importantes del cine italiano no tenían absolutamente nada en común y se odiaron cordialmente durante más de veinte años. Entre Visconti, el aristócrata milanés y Fellini, de la clase media de Rimini, el choque fue inevitable: una batalla de mundos imaginarios, dos talentos, dos culturas y dos egos.

Como constructores de dos imperios franceses en artículos de lujo, se enfrentaron en el mundo de la moda y la extravagancia durante más de una década. Hoy reconciliados, ahora compiten por la supremacía en el mundo del arte y el patrocinio.

Con la batalla entre Mac y PC como escenario principal. Esta rivalidad fue tan espectacular y de gran alcance que podría encarnar toda la revolución digital por sí sola. Ambos hombres eran ambiciosos e ingeniosos, ambos nacieron en el mismo año, 1955, y ambos abandonaron la universidad para perseguir una ambición unilateral.

Esta es la historia de la mayor aventura del siglo XX, la conquista del espacio, contada por los destinos entrelazados de dos hombres que fueron sus arquitectos principales: Sergei Pavlovitch Korolev, el ruso y lo alemán Wernher von Braun, luego estadounidense.

¿Nelson Mandela, el primer presidente negro de Sudáfrica, habría pasado a la historia sin Frederik de Klerk, el último líder del régimen del apartheid? Y viceversa ? La pregunta es más que pertinente dado el grado en que estos destinos están vinculados.

Pepsi vs. Coca-Cola: una guerra de 100 años con apuestas socioeconómicas incomparables, innumerables víctimas, espías, tregua y ataques renovados. Una guerra de ira se opone a dos multinacionales ultra ricas decididas a dominar el negocio mundial de bebidas.

Adidas contra Puma, o Adolf Dassler contra Rudolf Dassler. Una guerra entre dos hermanos que iría rápidamente más allá de una simple disputa familiar para convertirse en una batalla de las marcas. El odio entre los dos hermanos no solo sentaría las bases para la industria deportiva mundial, sino que también estimularía la investigación tecnológica para mejorar el equipamiento deportivo.