El Doctor Bocanegra

La clínica amanece un día más con una preocupante falta de pacientes. Las cuentas no salen y al doctor Bocanegra se le acumulan las deudas. Sabe que necesita ingresos y se le ocurre una brillante idea: obligar a su equipo médico a que se opere. Cada uno deberá elegir y pagar una operación que Bocanegra les realizará encantado.

La tranquilidad reina en la clínica hasta que aparece un peligroso mafioso de la ciudad. Quiere que el doctor Bocanegra le efectúe una operación de cirugía estética para cambiarse el rostro y evitar que la banda rival y la Justicia puedan localizarlo. Bocanegra duda de si aceptar o no el encargo: al ver el maletín del dinero se le pasan los escrúpulos.

Bocanegra sigue sumido en su curso acelerado: ¿cómo aprender medicina viendo House en el bar de la esquina? Mientras, Nazario ha conocido a una chica chateando por Internet. Se dedica a mentirle sobre su aspecto y le oculta sus inquietantes obvies. Pero le problema es que la chica también hace lo mismo.

Bocanegra descansa apaciblemente en su clínica sin importarle la ausencia de clientes cuando aparece su hermana para pedirle un favor: que se encargue de cuidar a su sobrino. Bocanegra acepta a regañadientes el encargo porque el niño es lo más parecido a un demonio. El inspector de sanidad se presenta por sorpresa y descubre la presencia del niño en una situación comprometida.

La clínica se despierta con una inquietante noticia: un meteorito se ha estrellado en el estadio de la ciudad. Al poco tiempo, una extraña mujer ingresa en la clínica para un tratamiento de fertilidad. Pronto descubrimos que se trata de un espécimen extraterrestre que viajaba en el meteorito y que su intención es perpetuar su especie antes de morir.

Debido a un despiste de Niágara y a la incompetencia del equipo, el señor Pantunflex, que quería rejuvenecer por la vía quirúrgica, ve cómo le han cosido la cara al revés. Indignado, pone el asunto en manos de la autoridad, que encuentra así la oportunidad de cerrar la clínica. El Inspector por fin encuentra la posibilidad de vengarse.

Los problemas de indisciplina de Zeus están a punto de crear un conflicto con un paciente. Por suerte, resulta ser un adiestrador de perros y les propone tomarlo como alumno y educarlo. Nazario se niega, pero Bocanegra ve una oportunidad de negocio y deciden hacer de Zeus todo un "gentledog". El entrenamiento es duro e incluye ejercicios físicos, cultura general, modales e idiomas.

Las operaciones de cirugía estética en la clínica Bocanegra escasean por lo que el doctor se plantea un giro de 180 grados para su negocio. Viendo la teletienda de madrugada descubre la existencia del doctor Thomas, quien anuncia a bombo y platillo su revolucionario invento: la máquina quita arrugas. Bocanegra no lo duda y decide invertir convencido de que es lo mejor para recuperar clientes.

Carlitos está siendo vilmente explotado por Bocanegra. Es utilizado sin miramientos como chófer, ayudante de cocina o friegasuelos. Y está harto, pero no se atreve a alzar la voz. Hasta que cae en sus manos "El Capital", de Marx.

Se acercan la Navidad y Bocanegra pasa olímpicamente de las buenas acciones típicas en esas fechas, hasta que descubre que puede lucrarse aprovechándose del espíritu navideño. Carlitos y Nazario son los encargados de poner en marcha el plan para captar pacientes pero cometen un error e invitan a que todo el mundo se opere gratis.

El doctor Bocanegra está convencido de que su clínica necesita un cambio de imagen para alcanzar el prestigio y la fama que nunca tuvo. Sus negligencias y abusos algo han influido pero cree que con un buen asesor se puede virar el rumbo que les lleva a la ruina total. El experto en técnicas comunicativas apuesta por Carlitos como imagen corporativa.

El doctor Bocanegra piensa que los clientes no entran al establecimiento porque la sonrisa de sus empleados no es blanca y reluciente. Les obliga a todos a pasar por el quirófano y arreglarse la dentadura. Todo va bien para todos excepto para Nazario, quien tiene una caries más grande que su cerebro.

Niágara vive apaciblemente las miserias de la clínica. Ya se ha acostumbrado a la desfachatez de Bocanegra y a las rarezas de sus compañeros de trabajo. Pero un buen día un emisario se presenta en la recepción, trae un mensaje para ella. Es la única heredera del rey de una tribu africana: la princesa Niágara. La suerte empieza a sonreírle y sus compañeros también.