Una noche de 1993, Lorena Bobbitt cortó el pene de su esposo después de sufrir años de abusos. John y Lorena vieron sus historias explotar en coberturas mediáticas diarias, iniciando una nueva batalla de los sexos. Lorena se convirtió en una broma y la prensa patriarcal ignoró su sufriemiento. Pero mientras John iba de mal en peor, Lorena encontró fuerzas en las cicatrices de su sufrimiento.

Absuelto de los cargos de violación, John se volvió una celebridad mientras Lorena enfrentaba su juicio, a punto de pasar décadas en prisión. Las cámaras grabaron su juicio mientras la fiscalía la mostraba como una mentirosa y celosa ladrona. Pero sus abogados demostraron los años de abuso, aunque sería difícil probar la demencia temporal durante la noche del ataque.

Cuando el juicio de Lorena continuó, ya todos sabían que había sido abusada. Pero ¿sufría de demencia temporal cuando atacó a John? Millones vieron por televisión su testimonio, mientras se acercaba a la noche en la que perdió el control. Sus abogados probarían que estaba bajo la influencia de un "impulso irresistible", pero cuando todo parecía perdido, una testigo sorpresa se presenta a declarar.

Millones esperaban la decisión sobre el destino de Lorena pegados a la televisión. ¿Sería declarada culpable y deportada? ¿O inocente, con la oportunidad de rehacer su vida? John y Lorena siguieron por diferentes caminos. John buscó la fama en un espiral de autodestrucción, mientras que Lorena tendría que lidiar con las cicatrices y los abusos, sin importar cuál fuera el veredicto.