Suzanne, de unos 40 años, está casada con un médico y tiene hijos. Su cómoda vida le pesa y convence a su marido de que quiere volver a ejercer la kinesioterapia y abrir una consulta. Durante las obras, conoce a Ivan, el encargado de los trabajos, un hombre que siempre ha vivido a salto de mata y que ha estado en la cárcel.