La otra mirada

Manuela tiene que ceder ante su madre para que unos inversores mejoren la financiación de la Academia y acepta que contrate a una nueva administradora: Carmen, una antigua amiga y compañera de clase. Por otra parte, Luisa ha vuelto a encontrar el amor con Vicente, el cartero que trae las cartas a la Academia.

Teresa se muda a una casita en Sevilla y deja a Carmen su habitación. La nueva administradora toma sus primeras medidas ante la mala situación económica de la academia. Las nuevas normas implican recortes de calefacción y electricidad y se dejan notar desde la primera noche. Comienzan las clases de educación física y Margarita tiene un acercamiento con Elías el jardinero, al que deja embelesado.

Todas las alumnas en la Academia se preparan para recibir la vista del actor Benito Padilla, el primo de Manuela, y el director Jorge Merlot. La joven directora los ha traído para que transmitan a las alumnas su pasión por el cine, y la pareja de cineastas les propone que hagan un cortometraje entre todas.

Desde que Teresa ha vuelto de la cárcel, ni alumnas ni profesoras entienden sus reacciones y sus malos humos. La directora la intenta animar, pero ella también necesita apoyo por la situación que vive con Martín. Roberta intenta un acercamiento con Teresa y le pide ayuda, pero se lleva una decepción cuando la maestra la deja tirada por Inés, que quiere encontrar a su madre.

Se acerca el Carnaval y tanto alumnas como profesoras empiezan a preparar con ilusión el evento en la Academia, sobre todo, Margarita, que está decidida a que la celebración se convierta en la ocasión perfecta para que ella y Elías sellen su amor con un beso. Mientras tanto, Manuela sigue sufriendo sus problemas matrimoniales con Martín, del que se siente cada día más distanciada.

Se acerca la competición de tiro con arco y llegan a la academia los alumnos competidores de Madrid. Para sorpresa de todas, Ángela es la maestra que los acompaña. Flavia es atendida por el Doctor Pascual y está fuera de peligro, pero no le dice a su marido Enrique que el aborto fue provocado.

Aún molesta y decepcionada con Vicente, Luisa recibe la visita de alguien inesperado: su hijo Arcadio acompañado de Catalina, su prometida, una señora de la misma edad que Luisa. Arcadio quiere reconciliarse con su madre y retomar el tiempo perdido, pero la profesora de ciencias no sabe qué pensar ni qué hacer al respecto.

La academia cierra sus puertas para siempre y Manuela se siente terriblemente impotente. No hay nada que pueda hacer por salvarla, porque ya no le pertenece ni un solo pedazo de esa institución por la que ha luchado estos dos años. Los Peralta reclaman la escuela como su propiedad y tienen los documentos que lo confirman.