Marzo, 1930. Cinco años después de que los planes de Gonzalo se truncaran debido a la fortaleza física de Victoria, que continuó con su embarazo, la duda de su paternidad será un lastre que arrastrará día tras día.

Tras saber que Ángel se ha convertido en el nuevo Legado Papal, Gonzalo regresa a casa y oculta a Victoria la vuelta del sacerdote. Pero el reencuentro no tardará en llegar.

Los artículos a favor de la República publicados por una revista con la firma de Prometeo (Encarna). El Marqués de Castro recibe a su hija Carlota. Victoria le preocupa el regreso de Ángel y la oferta que ha realizado a su marido.

Mediados de mayo de 1930. El legado papal, como socio formal de Gonzalo, exige resultados. Victoria, ante la situación de desprotección de su familia con respecto a la iglesia, no duda en ir a visitar a su antiguo amor y enfrentarse a él.

Gracias a la intervención de Fernando, Encarna se salva de ser interrogada en los calabozos. Sin embargo, Hugo consigue que firme su retractación pública bajo presión. Gracias a eso ella regresa a Casa Márquez Victoria ha ido a suplicar a Ángel es el detonador para que el Marqués explote con su mujer.

Tras el boicot del acto presidido por el gobernador, Alonso de Castro y los prohombres comienzan a tomar represalias contra los rebeldes. Lejos de amedrentarse por las amenazas de Gonzalo, Ángel se mantiene firme en sus exigencias hacia el Marqués.

El descubrimiento de que Fernando es amante de Isabel tiene a Hugo perturbado. Desesperado, reta a Fernando a duelo. Al poco tiempo llega la noticia de que Hugo e Isabel ya son padres y de que Fernando intervino en la sublevación de Jaca. Ángel como Gonzalo intentan convencer a Victoria para que venda la mina.

Abril de 1931. La situación política enfrenta a Encarna, que se mide con Alonso en la campaña electoral. Republicanos y conservadores luchan por conseguir el gobierno. La Marquesa empeñando todas sus pertenencias ya se ha acabado y ahora solo hay una salida para mantener la mina: hipotecar Casa Márquez.

Alicia regresa con las pruebas suficientes como para inculpar a Gonzalo, meterle en la cárcel y destruirle, pero esta información tiene un precio, que Alonso rompa todo compromiso con Carlota. Victoria Márquez como si hubiese renacido de sus cenizas, regresa a los brazos de Ángel, su único amor, quien cuelga los hábitos.