Laura, Una Vida Extraordinaria

La historia de Laura comienza en un poblado colombiano llamado Jericó a finales del siglo XIX. El nombre de Laura fue decidido por el cura de la iglesia que, a su vez, dejó el nombre a la decisión de Dios. Fabiola está preocupada por su hija que no llora.

Laura es enviada al orfanato y recibe instrucciones sobre las reglas para poder vivir ahí. Después de irse acoplando al orfanato, Laura hace una nueva amiga: Ana Lucía. Su tía la lleva al Colegio de la Trinidad en donde está próxima a comenzar a estudiar.

Laura es víctima de acoso sexual y en lugar de que su abuelo y familiares la apoyen, todos se van en su contra porque seguramente ella provocó al hombre que la tocó. Laura tiene diferencias con su abuelo y él amenaza con conseguirle un hombre.

Laura es obligada a pedir perdón a su tío abuelo Misael y a aceptar que mintió y que nadie abusó de ella. Después, corriendo se va a la iglesia a rogarle a Dios que no le ponga más pruebas, pero se encuentra con el Padre Ignacio.

Mientras Laura está con su amiga leyendo, Adolfo le pide que vayan al jardín. Él intenta tomar su mano y ella entra en un trance que hace que se desmaye. Victoria se emociona porque su hermano y ella estarán juntos, pero los planes de Laura son distintos.

Laura alienta al Padre para que vuelva a dar misa porque la iglesia lleva cerrada un año. En una visión, Laura habla con un señor ya que su esposa tenía un mensaje para él y a pesar de que él no creía, ella le da la ubicación exacta de unos documentos.

Laura y Victoria se presentan como profesoras y directoras del nuevo instituto con los padres de sus nuevas alumnas. Comienzan las clases causando la inconformidad de muchas personas que no entienden sus revolucionarias enseñanzas.

Laura confiese delante de todos que el Padre Ignacio estuvo en su habitación de noche. Su Excelencia decide mandarlo a la parroquia de Puerto López. El Padre Ignacio le dice a Antonio que se tiene que ir y le da un poco de dinero para ayudarlo.

Laura tiene un sueño donde un hombre encapuchado le advierte que va a destruir con el colegio y con su vida por medio de mentiras. Victoria agoniza y le promete a Laura que la va a cuidar desde el cielo. Teresa quiere meterse al convento.

Ana Lucia cree que después de encontrar ese horrible mensaje, lo mejor es cerrar el colegio por la seguridad de las niñas. Laura se va una temporada con su familia, esperando que la situación en el colegio mejore. Se difunde un libro que difama a Laura.

Marianita se siente culpable de que Laura no encuentre trabajo. Ella le pide que haga una carta contando toda la verdad, pero Efraín le prohíbe escribirla. Laura se lleva una gran sorpresa al volver a ver a un viejo amigo quien regresa a ayudarla.

Adolfo le reclama al Padre Perdomo por el trato que le han dado a Laura diciendo que lo hicieron por miedo. El Padre Ignacio le pide a Laura que funde un colegio en Jardín. Ella tiene un sueño que le confirma que esa es su nueva misión.

Laura y sus compañeros llegan a Jardín. Los indígenas los reciben con miedo. El Padre Ignacio se impresiona al ver que las mujeres están semidesnudas. Carlos les explica que vienen a ayudar, que Laura es milagrosa y ha curado a un niño con sus manos.

Laura regresa a Medellín y hace una gran colecta de víveres para los habitantes de la selva. Monseñor no está feliz con los comentarios que recibe la iglesia por la misión de Laura y le prohíbe regresar a Jardín. El Padre Ignacio le da un nuevo trabajo.

Laura sigue queriendo regresar a ayudar a los habitantes de la selva. Le pide a Ana Lu que vayan juntas, pero su amiga no acepta. Clarissa va a ver a Guillermo. Él le ofrece un préstamo para arreglar su problema con los bancos.

Laura recibe una carta del Papa dándole su bendición para seguir con su misión de ayudar las personas de la selva. Una visión le advierte de un nuevo problema. Monseñor se prepara para irse a Roma y El Padre Ignacio es elegido su sucesor.

A pesar de su avanzada edad, la mamá de Laura decide ir a la selva con ella para ayudarla. Esta noticia deja a Clarissa devastada y se emborracha para olvidar las penas. Por culpa de María todas las misioneras tienen que dormir en la intemperie.

La hermana María no deja de llorar porque sigue sin acostumbrase a la vida en la selva. Los nativos atacan la choza de las misioneras y les dicen que esas tierras son de ellos. Salvador recibe un dardo envenenado. Por suerte aparece Arcadio y las salva.

Dos niños nativos llegan al campamento y Laura intenta darles unos juguetes. Unas mujeres del pueblo llevan a sus hijos para que las Madres les enseñen a leer y escribir. Arcadio sorprende a María lavándose el pelo en el rio, pero ella huye de él.

Los nativos hacen un ritual por la muerte de un bebé y Laura llega a darles consuelo. Macario le advierte que si en ocho días no desaparecen las langostas sacará a las misioneras de sus tierras. Saturnino no cree que se cumpla el milagro.

Rosario va a pedirle perdón a Laura por haberle prometido unas tierras y haberse arrepentido porque su marido no lo permitió. También le advierte que él quiere sacar a todas las monjas de ahí porque él tiene mucho poder y conoce a gente muy influyente.

Las cosas empiezan a salirse de control porque Laura no está y las monjas tienen mucho miedo. Una de las monjas de la misión, está embarazada y ella está muy apenada con Laura porque no sabe lo que pensará de ella.

En la misión, por fin nace el bebé y todas las monjas quieren que el papá del niño esté en el catolicismo, pero una integrante de la comunidad les explica a las monjas que él le pidió favor a la mujer para embarazarla y así formar una familia.

El padre advierte a Laura porque en el gremio sienten que es muy rebelde y soberbia y le dice que se rumora que ella quedará a cargo de los hermanos pardinos. El monseñor se siente amenazado por las prácticas de Laura y quiere quitarla del camino.

Las monjas están molestas con Laura porque ella está desafiando a la comunidad de sacerdotes y eso hará que el grupo de monjas tengan problemas con ellos. El padre recibe la carta de una monja para evitar que Laura llegue hasta a Roma y vea al Papa.