Sé quien eres

Juan Elias. abogado, vaga por una carretera solitaria. Por su estado parece haber sufrido un accidente de tráfico, pero no sabe ni quién es ni cómo ha llegado allí. Casado con la reputada jueza Alicia Castro y padre de dos hijos. Pero él no lo recuerda: está completamente amnésico.

Tras enterarse de que el principal acusado es Elías, Eva huye al pueblo en un intento de alejarse del caso y de la presión mediática. Sin embargo, David, su socio, se aliará a sus espaldas con la fiscal Marta Hess para citarla a declarar y obligarla así a regresar.

Giralt, que tiene claro que alguien cercano a la investigación está filtrando información al entorno de Elías, encontrará nuevas pistas y concluirá que un miembro más de la familia podría estar implicado en el caso de la desaparición de Ana Saura.

Tras encontrar en la cartera de Ana un papel acreditando que la joven visitó a alguien en la cárcel, Elías acude a la prisión para descubrir a quién fue a ver allí. Cuando llega se encuentra con que quien está preso es Héctor Castro, el padre de su mujer.

Ana podría no estar muerta. A esta conclusión llegará Juan Elías después de escuchar de labios de Héctor Castro una información hasta ahora desconocida por todos. Además, la investigación se complica el día que Marc participa en la reconstrucción de los hechos previos a la desaparición.

Una prueba realizada por un prestigioso neurólogo holandés para determinar sin lugar a dudas si Elías está verdaderamente amnésico podría dar al traste con la coartada del abogado.

Elías está decidido, se va fugar para no ir a la cárcel. Tiene nueva identidad y tiene un plan de huida. Sin embargo, Eva Durán aparece para detenerle. "No puedes irte, si te vas será como aceptar que eres culpable", le dice la abogada.

Mientras Elías ingresa en prisión, la policía interroga a la madre de Ezequiel Cortés (Petra Martínez) y cierra el cerco alrededor del nuevo sospechoso. Entretanto, Alicia mueve los hilos para liberar a su marido cuanto antes y alejarlo de la peligrosa influencia de su padre, Héctor Castro.

Elías, sintiéndose más cerca que nunca de su ansiada libertad, se dispone a seguir una pista que le han dado en la cárcel y que, parece, condenará definitivamente a su socio Heredia. Para ello cuenta con la ayuda de Eva quien, a regañadientes, decide confiar una vez más en él.

Ana está encerrada en un sótano de Héctor Castro, Juan Elías tendrá que terminar lo que dejó a medias aquella fatídica noche. Atrapado por sus decisiones pasadas y presionado por aquellos a los que tendrá que revelar el secreto, deberá decidir entre la verdad y la mentira, entre lo correcto y lo necesario, entre Alicia y Eva.

Alicia Castro ha sido apuñalada y Elías se encontraba en el lugar de los hechos. El inspector Barros será el encargado de tomar las riendas del caso, cuyo primer sospechoso será Santi Mur gracias a la declaración de Elías. El joven estudiante pedirá que Eva sea su abogada y esta deberá decidir si volver al caso o no.

Pol habla con Ana y debe tomar una decisión. Alicia sigue en estado crítico. Se prepara un careo entre Elías y Santi Mur para ver si el joven estuvo implicado.

Alicia despierta del coma y se muestra segura de que ha sido su marido quien la ha apuñalado. Elías decide contarle que Pol está implicado en el asunto de Ana y le advierte de que será mejor que no diga nada de la chica. Alicia se reencuentra con Barros y decide ir de su mano para encarcelar a Elías, asegurando que fue él quien la agredió.

Tras muchos días secuestrada en el sótano de la masía de Héctor Castro, Pol decide poner fin al secuestro de Ana Saura dejándola libre cerca de unos coches.

Ana ha salido de su cautiverio y se ha reencontrado con su familia. La repercusión mediática ha sido inmensa, pero ella se muestra en estado catatónico, no reacciona a ningún estímulo -incluso se queda impasible cuando ve a su padre- y no contesta a ninguna pregunta de la policía.

Las implicaciones del secuestro para Juan Elías y su familia, novedades y giros en el caso del apuñalamiento de Alicia y la decisión de Ana sobre si exculpar a su tío y su primo o incriminar a su abuelo, vertebrarán los acontecimientos.