Thomas Munro, un predicador laico, llega a un asentamiento británico en el rincón más lejano del mundo, Aotearoa, que se conocerá como Nueva Zelanda, en la década de 1830. Su violento pasado pronto se cuestiona y su fe se pone a prueba, ya que se encuentra atrapado en medio de una sangrienta guerra entre tribus maoríes.