Aída

Paz y Luisma están decididos a vivir su amor en secreto, pero Lorena -que no se entera de nada- se empeña en hacer de casamentera entre ambos. Para despistar, Paz le cuenta que está saliendo con Chema, aunque ambos están atravesando una mala racha.

La continua afluencia de personas por el apartamento de su novia impide a Luisma poder pasar algunos momentos a solas con Paz. La pareja está desesperada porque no le dejan un momento de intimidad.

La alegría de Luisma tras conseguir un empleo en el bar de alterne en el que trabaja Paz se transforma en celos cuando observa cómo su novia ejerce su oficio. Tener que confesar que su relación sentimental con Aída fracasó y aclarar la condición sexual de su hijo Fidel son los principales temores de Chema ante la inminente llegada de sus padres a Esperanza Sur.

La relación entre Luisma y Paz crece en intensidad por lo que ésta se plantea dejar atrás su labor en el club de alterne. El trabajo nuevo será como cajera de supermercado en el que coincidirá con Aída.

La falta de relaciones íntimas durante un largo periodo de tiempo lleva a Aída a tomar una iniciativa desesperada: aprovechar la confusión de una cita a ciegas para seducir a un hombre. Un engaño que también aprovechará Chema para intentan seducir a una confundida joven.

La sorpresa y alegría general de la familia por la repentina llegada de Soraya y la pequeña Aídita contrastan con la fría acogida de la protagonista. Lorena y Jonathan descubren que son tíos, Eugenia debuta como bisabuela y Aída manifiesta su contrariedad y rechazo a este hecho.

Tras descubrir que su hija ha sido víctima de malos tratos por parte de su marido, Aída decide protegerla. Una pelea entre Soraya y su esposo tendrá un trágico desenlace para todos.

Con su madre en prisión, Soraya se ve obligada a asumir la dirección y control de la familia García. Los distintos miembros de la saga, verdaderos especialistas en eludir las responsabilidades domésticas, no le serán de gran ayuda con las tareas cotidianas, por lo que agradecerá la ayuda que le brindan Chema y Paz.

El lado más valiente de Luisma aflora un día de borrachera junto a Barajas cuando saca a Machupichu del bar tras haberse intoxicado con una fuga de gas. Su heroico acto pasará completamente desapercibido cuando una confusión lleva a Chema a creer que el salvador del camarero es Barajas.

Movido por su ansia de poder y la oportunidad de llevar a cabo nuevos trapicheos, Mauricio logra hacerse con la presidencia del club de fútbol de Esperanza Sur.

Buscando una botella de anís para Eugenia, Mauricio sufre un accidente fortuito que le deja sin memoria. Este acontecimiento será aprovechado por los clientes del local para burlarse del propietario del bar Reinols.

Dos situaciones sumamente sospechosas preocupan a Soraya. Las extrañas conversaciones de Luisma con misteriosos individuos y el hallazgo de varias jeringuillas en la casa le llevan a pensar que su tío ha vuelto a consumir drogas.

Los nervios, la preocupación y la incertidumbre hacen mella en Paz cuando descubre que podría estar en estado. Aconsejada por Chema, la joven buscará la manera de compartir sus inquietudes con su novio.

Las estrecheces económicas de Mauricio parecen formar parte del pasado cuando el hostelero descubre que su boleto de la Primitiva ha sido premiado. Sin embargo, la suerte se mostrará esquiva con el dueño del Reinolds, pues Luisma que debía sellar el boleto, lo olvida en el tanatorio donde trabaja maquillando a los difuntos.

No son trofeos, ni objetos de colección. Paz guarda los regalos de sus exnovios para recordar los buenos momentos vividos, pero cuando Luisma lo descubre los celos se apoderan de él. Aconsejado por Macu, el novio de Paz decide hacer a su novia un regalo especial para que ella tenga un inolvidable recuerdo suyo.

Ni la gran inseguridad, ni la alta tasa de delincuencia que ostenta Esperanza Sur han podido evitar la presencia de Jorge Sanz en el barrio. Con la firme decisión de buscar inspiración para el papel de exdrogadicto que encarnará en su nueva película, el famoso actor recala en el barrio.

La política de expropiación vinculada a la construcción de una nueva autovía, proyectada por el ayuntamiento, desata la indignación de los vecinos de Esperanza Sur. Tras reunirse con los responsables del consistorio, Mauricio explica a los vecinos la propuesta de las autoridades locales: si abandonan el barrio, recibirán una importante suma de dinero.

Lorena ha conseguido ahorrar una importante cantidad de dinero con un único objetivo: someterse a una operación quirúrgica de aumento de pecho. Mientras Soraya reprueba la decisión de su sobrina, Paz le anima a hacer realidad su sueño.

Una broma de Luisma deja temporalmente ciega a Soraya. Para compensar el daño, la acoge en su piso para cuidarla, pero pronto intentará sacar partido de esta situación.

Luisma es incapaz de contarle a paz que le han echado del trabajo en su primer día. En lugar de afrontar la situación, vende su esperma para conseguir dinero y rehúye las relaciones íntimas con su novia.

Según apunta un libro de estadística, "una de cada cinco personas consume droga". Esta afirmación lleva a Luisma a emprender una singular cruzada: descubrir a quién se droga dado que él ya no lo hace. Una sucesión de erróneas deducciones llevará al hermano de Aída a pensar que Chema es drogadicto.

El lado más romántico y pasional de Mauricio vuelve a aflorar de nuevo. A pesar de su última decepción amorosa, las flechas de Cupido hacen mella en el corazón del hostelero. Está perdidamente enamorado de Soraya, no se atreve a confesar sus sentimientos y Paz le anima a hacerlo.

Luisma se siente feliz e ilusionado tras conseguir trabajo como albañil. Sin embargo, su alegría se transforma en enorme sorpresa cuando descubre que su empleo es de stripper y no de operario de albañilería como creía en un primer momento.

La crisis económica y la escasez de clientes en el Reinols llevan a Mauricio a abrir una nueva línea de negocio: 'Teletapas'. El empresario hostelero cree que introducirse en el sector de la comida a domicilio con Luisma como repartidor le permitirá incrementar sus ingresos.

Convertirse en barrendero garantizaría su estabilidad laboral de por vida, por lo que Luisma decide presentarse a las oposiciones convocadas por el ayuntamiento para hacer realidad su sueño. El hermano de Aída preparará el examen con la ayuda de Fidel.

Luisma ha hecho realidad su sueño de convertirse en barrendero tras aprobar las oposiciones, pero su ilusión se desvanece cuando inicia el aprendizaje del oficio. Ahora tendrá que afrontar las duras recriminaciones y los recelos de su instructor, un anciano funcionario.

A pesar de las frecuentes detenciones de trabajadores ilegales que la policía lleva a cabo en su bar, Mauricio, se niega a contratar personal fijo en el Reinols. Esta situación cambia cuando el empresario hostelero decide hacer contrato a Soraya.