Hermanos y Detectives

Un profesor de literatura asesina a su alumno para robarle la novela que acababa de escribir y publicarla como suya. El detective Montero deberá investigar, pero en medio de la investigación se entera que tiene un medio hermano de 11 años.

Un local de joyería ha explotado, aparentemente por una pérdida de gas, provocando la muerte de Roque Peralta, el guardia de seguridad. Lorenzo propone investigar al muerto ya que curiosamente nadie reclamó su cadáver.

Un empleado es testigo de un asesinato. La víctima resulta ser un productor de un programa de preguntas y respuestas. Franco y Mansilla buscan al autor del crimen por el canal, mientras Lorenzo contesta bien las preguntas del programa.

Franco le propone a Lorenzo asistir a un campamento para hijos y familiares de policías con la intención de que se relacione con chicos de su edad. Los coordinadores relatan la leyenda del extranjero solitario. Lorenzo propone investigar lo sucedido.

Ignacio Reyes, un acaudalado empresario, muere en su habitación luego de una larga agonía. Ayudados por un micrófono unidireccional inventado por Lorenzo, los detectives logran escuchar las conversaciones de la mujer y poco a poco van atando cabos.

Una trabajadora social se presenta en la casa de Franco para decidir si Lorenzo seguirá bajo su tutela. Mientras, Franco debe resolver una serie de crímenes cometidos por un francotirador que parece estar disparando arbitrariamente a los transeúntes.

Franco invita a salir a Marcelita, pero descubre que tiene una relación con un subcomisario. Resignado, va al teatro con sus compañeros y Lorenzo. Un disparo de un personaje termina en el asesinato de uno de los actores.

Emilio Renzi es hallado en una obra en construcción muerto de un balazo en el corazón. Lorenzo no está entusiasmado con el caso, ya que lo invitaron a una fiesta de disfraces, y se debate entre su necesidad de ser aceptado y su miedo a no encajar.

Franco tiene una cita con Marcelita. Al día siguiente Franco la visita y descubre que tiene un ojo morado. Comprende que Serrano se pasó de la raya y decide ir a encararlo. Pero cuando lo encuentra, ve como un delincuente le dispara para robarle.

Luego de varios meses, Franco recibe una propuesta: el puesto de subcomisario. Por su parte, Lorenzo recibe otra: un programa internacional para niños superdotados le ofrece una beca completa para desarrollar sus talentos en el extranjero.