Mujer

Doruk, que cree que ha visto a la persona que más desea conocer, no puede superar el impacto. La tragedia llega a casa de Piril y Sarp, con ella histérica por lo que ha visto en la piscina. La mujer empieza a recordar la noche que vio a Sarp por primera vez. En una nueva noche en la que Bahar y Arif volverán a tener momentos a solas, Arif hará la pregunta que más le duele.

Cuando Bahar oye a Jale decir a quién vio en el hospital, entra en pánico. Bahar obligará a su madre a ir juntas a por las respuestas que necesita… Esa búsqueda llevará a Bahar a reencontrarse con Sirin. El cruce de amenazantes palabras entre hermanas caldeará más el ambiente tan tenso que viven las dos en una cena dedicada a Enver. Piril sigue pensando en la noche en la que salvó a Sarp del mar.

Sirin, que deja la casa después de su pelea con Enver, busca cobijo en la lujosa mansión de Suat y con más planes retorcidos en el horizonte. La enfermedad de Bahar progresa muy rápido y es hospitalizada. En el hospital, Hatice se dará cuenta de que Arif está enamorado realmente de su hija. Mientras Piril alimenta su agonía día a día, Sarp sigue desconfiando de todo y acude a casa de Enver.

Sarp, conmocionado por lo que ha descubierto en el cementerio, solo tiene una pregunta en mente: ¿Todo lo que ha creído en este tiempo es mentira? Sarp pedirá cuentas a Suat y cuando llegue a la casa de Enver en busca de nuevas respuestas, se encontrará con una persona que todavía no conoce: Arif. Arif hará una pregunta crucial para Bahar, una sorprendente propuesta que podría cambiarlo todo.

Sembrando ciertas pistas, Arif plantea a Bahar que en un futuro ella podría no querer escogerlo a él, al amar a otra persona. Sin embargo, la protagonista sigue sintiéndose cómoda para bromear e ir abriendo su corazón cada día más a su prometido. Por supuesto, Sirin siempre tendrá un as guardado en la manga ¿Qué está tramando?

La alegría llama a la puerta de Bahar: habrá operación. Ocultar que Sarp está vivo a Bahar y haber mentido a Doruk empieza a perturbar y a destrozar a Arif por dentro. Él no dudará en confesárselo a Enver, pero el sastre le pedirá aguantar un poco más con toda esta mentira. Lo que no sabe Sarp es que la amenaza de Nezir cada vez está más cerca y toda su familia estará en peligro.

Bahar es dada de alta hospitalaria para la felicidad de todos, aunque la protagonista no dudará en reflexionar sobre su vida, su futuro y su corazón. Piril estalla y acude con sus hijos a la casa de Enver y Hatice. La mujer de Sarp sorprenderá a todos al desvelar las últimas fechorías de Sirin. Arif no dudará en enumerar los actos del pasado que él conoce sobre Sarp para defender su postura.

Bahar está en casa. Ahora es el momento perfecto para poder decir a Nisan que Arif y ella están comprometidos. Nezir sigue intentando encontrar a Sarp y su matón Azmi le da una idea en la que, por desgracia, Bahar podría estar en la ecuación… Münir mientras tanto ganará tiempo con sobornos. Al saber que su mujer está sana, Sarp sabe que hay algo inevitable que tendrá que hacer, al igual que todos.

Llega el reencuentro de los reencuentros. Es el mayor impacto de su vida. Todo cambia para Bahar. Para sus hijos, para Sarp, para todos. Para Arif, ya nada será igual. Su mundo también colapsará. Y para Sirin, que lleva años tejiendo macabras maniobras, tampoco. Es la hora de dar un nuevo giro a toda su historia.

Enver entra en pánico después de ver la sangre en la cafetería y piensa que algo malo le ha pasado a Arif. Bahar, que es testigo de cómo sus hijos son sacudidos emocionalmente por el regreso de Sarp, siente aún más confusión por todo. Al ver estas fotografías como el único obstáculo para estar con Bahar, ¿qué hará Sarp? ¿Tiene intención de volver con Bahar o querrá estar con Piril?

Al enterarse por Yeliz de que la persona que llevó a Sirin al hospital para darle médula ósea fue Sarp, Bahar estalla. La protagonista saldrá de casa en busca de Sirin para que le dé una explicación. Se avecina una nueva y poderosa alianza. Piril, que tiene miedo de perder a Sarp, coopera con Sirin. Bahar, que está inquieta por volver a ver a Sarp, le esperará una revelación inesperada.

Bahar, que descubrió la faceta familiar de Sarp, pasa por uno de los días más difíciles de su vida. Ya no quiere ocultar nada a sus hijos y decide contárselo a Nisan y Doruk. Hatice piensa que Sirin está detrás de este incidente nuevamente. Enver se sorprenderá al enterarse de lo que hizo Sirin con el dinero de Sarp que aceptó Hatice. Piril se siente aliviada de sus planes realizados con éxito.

El deseo de Sarp es que Bahar y sus hijos estén a salvo. El hombre empieza a sospechar sobre los movimientos de Piril. Bahar ya no tiene la misma confianza en Sarp que en el pasado y con todo lo que ha ocurrido en estos años. La protagonista tiene una cosa más importante que su amor por Sarp: el amor por sus hijos. Ayudando a Bahar a buscar trabajo, Ceyda se topará un “fantasma” de su pasado.

Tan pronto como se entera de que los hombres de Nezir secuestrarán a Bahar, Sarp, se presenta en Tarlabaşi. Suat sospecha de Sirin y Münir. La tragedia y la tristeza teñirán de rojo el barrio. Bahar no está feliz porque deja a todos en el barrio lidiando con esos matones tan peligrosos. Bahar quiere que Sarp averigüe si todos están a salvo, pero él decidirá tomar un camino peligroso: la mentira.

Ceyda ha perdido la vitalidad tras lo que ha ido sucediendo en los últimos días. Hatice, Enver y Arif se preguntan cómo estará Bahar porque no tienen noticias de ella. Aunque Arif sepa que está al lado de Sarp, su único deseo es que la protagonista, Nisan y Doruk estén a salvo. Con la llegada de Piril a la casa, todos están conmocionados. Bahar reflexionará si querrá destapar todos sus secretos.

Sarp, que se entera de que Bahar está usando su derecho de llamada para hablar con Arif, se vuelve loco de celos. Aunque Arif sepa que Bahar está al lado de Sarp, le confesará a Enver que sigue queriéndola. Enver, Arif, Jale y Hatice siempre están atentos e intentan cuidar de Ceyda. A medida que Bahar se acerca a la noticia de la muerte de Yeliz, Doruk y Nisan corren un gran peligro.

Al recordar la voz de Münir, Bahar reconoce que es el hombre que secuestró a sus hijos y se da cuenta de que Piril estuvo involucrada en todo. Lo único que Bahar no puede perdonar es la idea de dañar a los hijos de alguien. Sarp, que se entera de los planes de Piril y Münir, se enfada. Bahar, que echa de menos a sus seres queridos en Tarlabaşı, encuentra la manera de comunicarse con ellos.