Oswaldo

Oswaldo va a la tienda de alquiler de videojuegos por primera vez. La posibilidad de llevarse a su casa tantos juegos geniales lo entusiasma, y durante un rato se divierte eligiendo varios, hasta que descubre, al Dinosaurio Ninja Espacial.

Oswaldo y Tobías deciden jugar al combate láser en un basural del centro. Se enfrentan al terrible Reaper 3000, que en realidad no es más que un antiguo empleado de la sala de juegos. La regla es clara: un disparo y estás "muerto".

Leia está haciendo una serie de videos sobre juegos de mesa poco conocidos e invita a Oswaldo a ser su asistente en un episodio.

La nueva moda en la escuela es coleccionar calcomanías. Oswaldo intenta completar su álbum de la telenovela "Corazones bucaneros".

Oswaldo queda muy entusiasmado después de ver la película del año, La Polilla Fisicoculturista 7. Gracias a la publicidad de refresco que hace la película, se bebe varias Maricolas y gana un concurso.

Jobert, el maestro de plástica, trae un test vocacional para los niños de la escuela: una serie de preguntas generales que ayudan a los niños a pensar qué serán cuando sean grandes.

Oswaldo, Leia, Tobías y la pandilla de la escuela están en la playa. Oswaldo intenta hacerles creer a sus amigos que le compró una paleta de comida a un vendedor de helados.

Oswaldo está triste: sus amigos se burlaron de él en la clase de plástica cuando mostró su obra "Pato chévere". Devastado, vaga solitario por la escuela hasta que oye un canto alegre que viene de una de las aulas.

Llegó el momento del "amigo invisible" en la escuela. Oswaldo y Tobías están convencidos de que cada uno sacará el nombre del otro. Pero la práctica no da resultado, y a Oswaldo le toca un niño llamado Alberto.

Se organiza una feria de ciencias en la escuela, y Leia no ve la hora de que la elijan "Científica del Año" por el proyecto al que tanto se dedicó. El problema es que es imposible tener a Oswaldo y Tobías en el mismo grupo.

¡Es el episodio del intercambio de cuerpos! Bueno, o algo así. Es el Día de la Familia, una tradición anual en la que la mamá de Oswaldo se toma el día libre para estar con su hijo y pasarla genial.

¡Es el cumpleaños de Oswaldo! Pero es lunes y hay prueba en la escuela, qué contrariedad. Lo bueno es que Leia le preparó una sorpresa: planeó un juego por el vecindario, especial para Oswaldo.

Otro día como cualquiera en la vida de Oswaldo. Se despierta, se viste y va a la escuela, pero... ¡allí no hay nadie! Está completamente solo. No hay un alma. En la escuela. ¡¡Bieeeen!!