Ala... Dina!

Un tipo desagradable se mete con Dina y con Álvaro mientras reman en un lago y Dina, para darle una lección, hace aparecer un monstruo como el del lago Ness. Lo malo es que el tipo resulta ser periodista y se queda muy mosqueado por los extraños poderes, así que decide investigar a Dina.

La familia de Bolita se ha quedado sin asistenta y están buscando a otra. Para el puesto se presenta Rosi, una chica de pueblo bastante torpe cuya única virtud es que cocina estupendamente. Pronto entabla amistad con Dina quien, para ayudarla, le aconseja que prepare el plato favorito de sus vecinos.

Un ladrón intenta quedarse con el dinero de Bolita sin que él se dé cuenta, pero Bocata lo ve todo y le pega un mordisco impresionante en la pierna para defender a su joven amo. Doña Dolores se alarma porque el perro ha agredido a un cliente de su tienda, así que denuncia al can para guardarse las espaldas y Bocata es encerrado en una perrera.

La genio de la lámpara sigue viviendo en casa de los García León, una familia de lo más normal que pretende mantener en secreto que la asistenta que cuida de ellos es en realidad un personaje mágico que arma increíbles y divertidísimos líos cada vez que usa sus poderes.

La mejor amiga de Eva regresa del extranjero muy cambiada y organiza una concentración de moteros. Por otro lado, Paloma sigue los consejos de su libro para conquistar a su compañero Tomás.

Tomás tiene que pasar una noche fuera por un viaje de negocios. Kruger ha invitado a los de la oficina a una convención en Bruselas... Y también va Paloma, Dina se pone muy triste y confiesa por primera vez que le gusta Tomás. Para aconsejarla en temas amorosos, Rashid y Dina sacan a Soraya de bocata, y su abuela le dice que tiene que hacer todo lo que este en su mano por el hombre al que ama.

Tomás quiere tener una cena íntima con Paloma en casa y le pide a toda la familia que los dejen solos esa noche. Eva saldrá con Chemita y Álvaro dormirá en casa de Bolita llevándose con él la lámpara de Dina. Pero Lucrecia interrumpe la romántica velada.

La presencia de Paloma en la casa de los García León es ya incuestionable, incluso Tomás le dice a Dina que no se meta para nada en su vida cuando la Genio intenta advertirle sobre su pelirroja compañera. Rosi encuentra el famoso libro que ha permitido a Paloma conquistar con engaños a Tomás, pero Dina, dolida por las palabras de su amo, se niega a advertirle de nada.

La decisión está tomada y a las nueve de la noche es la ceremonia de despedida de Dina de la casa de los García León. Allí acudirán los familiares mágicos de Dina para llevar a cabo un ritual de hechizos. Por mucho que Álvaro y Eva intentan impedirlo, Shazim se hace con el salón de la casa y comienza los preparativos para que todo salga bien.

Tomás descubre por fin de qué modo le ha estado engañando Paloma. Incluso va a la consulta de la psicóloga y descubre unas cintas de video en las que Paloma sale diciendo cosas horribles sobre él y su familia. Pero además de esto, Tomás se da cuenta de lo mucho que echa de menos a Dina.

Cuando los García León regresan del mundo mágico se dan cuenta de que lo que para ellos han sido unas horas, para sus amigos y para Lucrecia ha sido una semana. De hecho, la policía fuerza la puerta de la casa para comprobar que no haya ocurrido ninguna catástrofe.

Tomás tiene que salir de viaje y deja que Lucrecia organice en el salón de su casa la partida semanal de mus con sus amigas. Pero a Soraya se le ocurre hacerle una visita a su nieta Dina ese mismo día. Lucrecia y ella congenian enseguida ante la sorpresa de Dina, y Soraya propone jugar a los dados en lugar de a las cartas, cosa que acaba emocionando a la madre de Tomás.

Tomás está a punto de declararse a Dina, pero como siempre las circunstancias se ponen en su contra. Paloma ha comprado una lámpara árabe en un viejo anticuario... ¡la lámpara de Gina!, la prima mala de Dina. Gina y Paloma se hacen enseguida amigas y congenian estupendamente, ya que a ambas les encanta fastidiar a la familia y amigos de Tomás.