Leonard Vole, un hombre joven y atractivo, es acusado del asesinato de la señora French, una rica anciana con quien mantenía una relación de carácter amistoso. El presunto móvil del crimen era la posibilidad de heredar sus bienes. A pesar de que las pruebas en su contra son demoledoras, Sir Wilfrid Roberts, un prestigioso abogado criminalista londinense, se hace cargo de su defensa