Borgia

Rodrigo Borgia, Papa Alejandro VI, aún no se repone de la pérdida de su hijo Juan y sus poderes amenazan escapársele de las manos.

Cuando Rodrigo hace ejecutar a un hombre por su homosexualidad, Della Rovere idea un plan pérfido para eliminar a Gacet, secretario de Rodrigo.

Para fines de la Cuaresma, Roma está inundada debido a fuertes lluvias. El pueblo se siente amenazado por una mítica criatura con cabeza de mula.

En Florencia, Savonarola tiene un fraile que lo respalda en la prueba de fuego mientras el puesto de César lo ocupa un franciscano.

César es recibido triunfante en Roma y conserva su éxito, en contra de Savonarola, como una señal de retorno a su destino.

Más que nunca, Rodrigo depende de su secretario Gacet. Della Rovere busca de hacerse con un documento que de fin al papado de Rodrigo.

Bajo la influencia de un veneno, Rodrigo alucina y hace de él mismo una vergüenza en público por lo que decide someterse a un tratamiento de abstinencia.

El Papa es atacado durante una obra moralista pública y sus indignados cardenales asumen que se debe a la alianza de la Casa Borgia con Francia.

Aburrido de la corte francesa, César solicita al Rey Luis un ejército para presionar a las provincias italianas de llegar a un acuerdo.

César se prepara para ir en contra de Milán y fuerza al Embajador Veneciano a un compromiso de detener las tropas germanas si van en ayuda de Milán.

César entrena a un ejército privado por si Luis no envía las tropas prometidas. Lucrecia escucha a su madre rezar el rosario en la tumba de Juan.

César celebra su victoria en Milán convocando a Leonardo Da Vinci, al que desea emplear como diseñador de nuevas y avanzadas máquinas de guerra.