Vern Haskell recorre el Oeste en busca del hombre que violó y mató a su prometida. Alguien le dice que quizá lo encuentre en Chuck-a-Luck, un rancho que sirve de escondite para criminales y cuya propietaria es la cantante Altar Keane. Para entrar sin despertar sospechas, se hace pasar por un forajido. El problema es que en ese lugar hay una norma inviolable: está prohibido hacer preguntas.