Farmacia de guardia

La prima Claudia llama a Lourdes por teléfono para avisarle de que su hija, Rosarito, va a ir a Madrid para unas pruebas en el conservatorio de música.

Guille se encuentra raro y desabatido, provocando preocupación entre los miembros de la familia. Kike intenta averiguar que le ocurre a su hermano, pero esto no termina de todo bien.

En la farmacia llega el correo con una carta para Reyes. Al parecer no es una carta, sino una "cadena" con varias indicaciones que Reyes debe cumplir a rajatabla si no quiere caer en una maldición.

Kike consulta a Sandra para hacerle un regalo a su novia. Kike, sin saberlo, se ve metido en tal embrollo que le novia corta con él pensando que había tenido un "affaire" con Sandra.

Guille y Kike, a escondidas de Cuin y Lourdes, se proponen hacer una obra de caridad acogiendo a un perro de la calle en mal estado.

Lourdes recibe una nota en la farmacia por correo con la firma de la "mano negra", poniéndola en alerta sobre Carlos.

Adolfo llega a la farmacia con un maletín, despertando así la curiosidad de Lourdes. Lourdes consigue abrir el maletín y comprueba que dentro hay unas latas de tsu-yen paté, todo un manjar.

Encarni convence a Romerales para que vaya a la farmacia a que le den una pomada para los moratones en los ojos. Él dice que se ha dado con una puerta, pero lo cierto es que ha sido Paqui, su mujer, que está convencida de que tiene un lío.

El colegio de farmacéuticos ha organizado unas charlas sobre anticonceptivos, pero los carteles llegan justo el día anterior. Lourdes encarga a Guille de que los ponga por todo el barrio, pero los carteles se quedan sin poner.

El cartero llega a la farmacia con una carta para Reyes de parte de Curro, un antiguo novio de Sevilla, pidiéndole matrimonio, pero a Reyes no le hace mucha ilusión la propuesta.

Kike y Alicia llegan a la farmacia para vender unas papeletas del viaje de fin de curso. Alicia, obsesionada por estar delgada, pide unos medicamentos a Lourdes engañándola que son para su madre.

Adolfo acude a la farmacia, tiene una propuesta para su ex-mujercita: participar en un programa de televisión, "Cara o Cruz" para ganar dinero. Lourdes da un "no" rotundo, pero luego piensa en la forma de sacar provecho.

Una delincuente anda por el barrio. Se dedica a recaudar medicamentos, comida, regalos... para los pobres de su barrio, y para que no la reconozcan, va disfrazada, esta vez de monja, diciendo que lo recaudado son para los niños de un orfanato.